Domingo De La Sagrada Familia: Jesús, María y José
Por: Paky Lillo. I.S. Vita et Pax. Alicante

Textos Litúrgicos:

Eclo 3, 2-6. 12-14
Sal 127
Col 3, 12-21
Lc 2, 22-40

“Un Proyecto de Humanización Plena”

 

Pablo establece en su lectura unos criterios de valoración supeditada más al contexto cultural de su época que a una mirada globalizada, es cierto que es importante el contexto cultural de cada sociedad pero hay un aspecto muy importante que excede esa mirada y es el “Amor al estilo de Jesús”, ese debe ser el principio que impere entre nosotros: … somos todos hijos de Dios.. Ya no hay más judío, ni griego; esclavo ni libre, hombre o mujer. Ya no hay diferencias (Col 3,11): ni la raza, ni la religión, ni el origen social, ni la diversidad sexual (Gal 3,28); nada

El proyecto cristiano es un proyecto de humanización plena.

Y no hay mejor cimiento para esa humanización que la Familia. Una familia arropada por el amor, honrar a los padres y honrar a los hijos no significa exigir una aptitud de obediencia a mandatos regidos por la autoridad, sino una relación de respeto y tolerancia hacia los proyectos individuales de cada persona que a su vez deben respetar el buen convivir con los demás.

Jesús rompió de alguna manera con las costumbres de la época en su sociedad: .. se quedó en el templo sin pedir permiso y sin comunicar nada a sus padres… y María y José lo vivieron mal; pero luego dio explicaciones (aunque sus padres no entendieron del todo) y regresó con ellos siguiendo su crecimiento en el núcleo familiar.

En estos actos de Jesús podíamos entender que “pedía la colaboración de su familia”  para llegar a fundar esa gran familia que era el “sueño de su Padre Dios”. Él tenía que atender las cosas de su Padre… De ahí que Jesús habla de que tiene un único Padre y que su familia la componen sus hermanos todos aquellos que tienen a Dios por su Padre.

Dios a través de la humanidad de Jesús, hijo del hombre, interviene de nuevo en nuestra historia y muestra cómo ser hijos y cómo ser padres para llegar a ser felices viviendo la fraternidad, esa es la misión de Jesús, pasando a otro lugar la religiosidad, las diferentes estructuras familiares y los intereses particulares de cada uno.